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(A)cerca del Arte

LA EDAD MEDIA (EN EL ARTE) | 3° Temporada 2022

Con el compromiso de seguir apoyando la difusión de nuestros artistas visuales, estrenamos la tercera temporada de este programa. Un espacio audiovisual donde el artista y crítico de arte César Gabler, realiza un análisis dinámico y cercano de la obra y trayectoria de doce artistas chilenos contemporáneos que están atravesando la mediana carrera.

Guiados por César Gabler, en cada capítulo conoceremos el trabajo de un artista visual, entrando en su mundo creativo, analizando aspectos formales y conceptuales de sus procesos de producción, y observando la conexión entre disciplinas artísticas, épocas históricas y referencias visuales.


Víctor Castillo | Capítulo 12

Con un lenguaje que bebe tanto del cómic, como de la ilustración, el cine y la pintura barroca, Victor Castillo se ha ganado un lugar en la escena artística internacional. Su universo plantea de modo irónico una crítica al mundo tal y como ha sido concebido: los sistemas de clase, la implacable distribución de poderes en la esfera global, el poder omnímodo del dinero, las formas en que el discurso religioso y social permiten el adoctrinamiento y control de las conciencias, son algunos de los tópicos que aparecen abordados en su trabajo. Para hacerlo re-interpreta, tuerce y hasta vandalizada con oficio pulcro, los imaginarios del cine y la ilustración. En sus cuadros, poblados por personajes infantiles de mirada siniestra, se tejen relatos que remiten a un mundo lejano vuelto al presente a través de una plástica que hace de la luz, el volumen y el color, su principal atractivo.

Cargado de la experiencia de las ciudades en las que ha vivido: Santiago, Barcelona y Los Ángeles, Castillo nada con fluidez en unas aguas alimentadas por el caudal de la cultura popular desde Disney al cine B. Si su lenguaje puede a ratos ser engañosamente fantástico, es para reflexionar sobre la experiencia concreta y cruel tantas veces, del mundo en el que vivimos.


Mariana Najmanovich | Capítulo 11

La experiencia bélica, la historia de Villa Baviera o los límites de lo humano en la sociedad contemporánea, son algunos de los asuntos que han ocupado la imaginación de Mariana Najmanovich. Combinando por igual, el rigor investigativo, con una inspiración de carácter expresionista; en sus pinturas, objetos y esculturas, aparece invariablemente el horror. Para transmitir aquello que escapa a la distancia fotográfica, la artista se vale de un abanico de recursos plásticos que conectan los referentes fotográficos con la experiencia corporal. En su pintura el óleo aparece a veces cubierto por velos, que asemejan fluidos cristalizados. La materia se funde de un modo turbio y las figuras se distorsionan para alcanzar una fugaz y sutil monstruosidad. Un mundo, el suyo, que proyecta de manera clínica y elocuente los dolores que el ser humano se impone a si mismo.


Sebastián Mahaluf | Capítulo 10

Hace solo unos días, Sebastián Mahaluf (Santiago, 1976) protagonizó “Expansión” una de sus características performances, en New York, en el contexto de la trienal de Arte Latinoamericano “Abya Yala: Structural Origins”. Dueño de un riguroso lenguaje formal, el artista ha logrado conjugar prácticas distantes en un proyecto que resulta expansivo y abarcador. La geometría y el orden racional conviven con el cuerpo, el entorno y el azar. Sus intervenciones en edificios públicos -que transforman los lugares a través de la introducción de cientos de elásticos en tensión- llegan a conformar volúmenes contundentes que -paradójicamente- resultan visualmente livianos, evidenciando la naturaleza transitoria de su presencia en el espacio intervenido. Es con ese mismo material -el elástico- que el artista ejecuta sus performances: a veces desafiantes ejercicios de tensión de su cuerpo en relación a elementos del espacio (natural o arquitectónico) y en otras ocasiones acciones comunitarias que unen literalmente al artista con el público, produciendo instantes de profunda conexión comunitaria.


Lorena Villablanca | Capítulo 9

La obra de Lorena Villablanca ofrece al menos dos marcadas vías de lectura. Su discurso visual y poético en torno a la mujer y desde luego su aguda investigación de la tradición xilográfica. No se trata, en todo caso, de caminos distantes o contrapuestos. En el lenguaje formal de la artista, se combinan con gracia y fluidez la estampa de la lira popular con las ilustraciones o las historietas de décadas pasadas. Y al universo casi siempre blanco y negro del grabado tradicional en madera, le agrega un colorido que puede ser vibrante o sutil, según lo requieran las circunstancias. Un encuentro irónico, nostálgico o humorístico -el de sus estampas y pinturas-en el que tradiciones artísticas de corte expresionista (locales e internacionales) conviven con la cultura de masas y las vivencias de la propia artista. Hay monstruos -soñados o no- héroes de la historia patria, y mujeres desafiantes que se disputan el protagonismo de unas obras que navegan entre el pasado vernacular y el presente tecnológico.

De eso y más en “La Edad Media en el Arte” dedicado a la artista.


Francisco Valdés | Capítulo 8

Radicado hace casi dos décadas en Londres y egresado de Licenciatura en Artes Plásticas, mención Pintura en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1992, la obra de Francisco Valdés hoy es conocida en Chile por un puñado de aficionados que lo consideran uno de los grandes artistas de su generación. En su trayectoria el artista ha trabajado con las imágenes encontradas, como una forma de hablar del mundo y sus vestigios.  Videos, animaciones, esculturas, aparecen de modo intermitente en su obra, siempre con un riguroso manejo de los recursos empleados. Las tramas impecables de su video animación “Reagan 1973” conviven con el hiperrealismo distanciado de sus primeras pinturas: una pista de autos, una bomba de fabricación casera, el patrón de diseño de una olla enlozada.

La apariencia borrosa de algunos de sus referentes (cascadas de agua, rejas, cajetillas de cigarrillos) es contrariada por la materialidad con la que han sido pintados. Porque Valdés, que prefiere motivos de difícil categorización, pinta con un realismo extremo que funde las técnicas de la estampación con la pintura matérica, con un resultado singular, en que la trama de impresión toma volumen y despliega en paralelo un colorido abstracto e irregular. De lejos los que se percibe como una impresión de baja resolución aparece a corta distancia como una imagen densa y engañosamente mecánica.


Marcela Trujillo | Capítulo 7

Vida y arte se mezclan hace tiempo en la obra de Marcela Trujillo. Sus años punkis, como estudiante de arte de la Universidad de Chile y comiquera de la mítica Trauko, sus andanzas en New York, narradas con ingenio e impudicia en las páginas de The Clinic, hasta los más desgarradores episodios de su vida -expuestos en Diario Oscuro- la artista ha convertido sus experiencias en la materia prima de su universo creativo. Aquellas páginas de cómic, dibujadas con la misma mezcla de libertad y prolijidad que entrega en sus pinturas son lo mismo diario de vida que manifiesto político. Narración y discurso se mezclan con fluidez, al igual que un largo listado de referencias y géneros: el manga, el cine de terror, los libros ilustrados y las enciclopedias juveniles.

Entre la novela gráfica, la ilustración y la pintura, el trabajo de la artista debe entenderse como un cuerpo integral, desplegado en distintos formatos y plataformas. En sus imágenes el discurso visual del s.XX, relata las impresiones de una habitante del s.XXI, que ha sabido evolucionar como artista y como persona.


Félix Lazo | Capítulo 6

Félix Lazo (Santiago,1957) emergió en el panorama artístico local en la década del 90. Entonces era un militante pintor abstracto, que reivindicaba la “pintura-pintura” en una escena dominada por el arte post conceptual. Junto a los que fueron sus compañeros de aventura entonces, Patricio Flaño y Juan Enrique Gabler conformó el colectivo Mallok-o un grupo con el que realizó un conjunto de muestras que fueron también manifiestos y provocaciones. De aquellos años la fe en la visualidad se mantiene intacta, pero son otros los medios y -desde luego- las preocupaciones. Porque Félix  Lazo, además de pintura, estudió biología y música. Abas disciplinas nutren su práctica, imaginario y pensamiento. No ilustra sus ideas, desarrolla creaciones que las ponen en práctica. Lo musical se filtra en videos e instalaciones sonoras.

Lo biológico, a partir del concepto de autopoeisis, explica el funcionamiento de ellas -que como los sistemas descritos por Maturana y Varela- se alimentan a sí mismas y mutan a partir de lo que captan de su entorno. Creaciones de fuerte carácter experimental que quizás lo mantuvieron alejado -aparentemente al menos- de su obra más conocida. Sin embargo, en los últimos años -valiéndose de sotfware-ha producido piezas digitales de carácter pictórico, que profundizan desde otro lugar, aquel lenguaje cromático que le conocimos hace décadas.


Rosario Perriello | Capítulo 5

Rosario Perriello es una artista inquieta. Explora nuevos medios, se preocupa por la contingencia, pero todo ello, aparece filtrado por un riguroso trabajo con las técnicas empleadas. Cerámica, pintura, escultura. Quizás sean los extensos viajes en bicicleta de su casa al  trabajo, en el ya célebre Taller León, los que la mantienen conectada a la ciudad, a sus problemas, sus vaivenes y desde luego, su estética caótica.

En sus inicios la pintura fue su principal medio de expresión, pero ya entonces, hablamos a comienzos de este siglo, lo pictórico se combinaba con la instalación y la arquitectura. El espacio no la dejaba indiferente.  Podían ser instalaciones que se apropiaban narrativamente de alguna particulardidad de los muros o colores que le daban a las salas un ambiente museal, perfecto para obras que coqueteaban con la estética de los grandes maestros. Pero lo espacial, excede con mucho el terreno de los centros de exhibición. A Rosario le inquieta e destino del planeta y del país. No extrañan entones, sus obras dedicadas recrear plantas y especies animales y menos sus obras vinculadas a la política urbana, en todo lo ancho de aquella definición. De eso y mucho más ,hablaremos en una nueva edición de La Edad Media en el Arte.


Iván Navarro | Capítulo 4

Iván Navarro (Santiago 1972) ha convertido la energía eléctrica en materia de creación artística. Sus piezas son una combinación de ingenio técnico e ironía política y se valen con eficacia de imágenes, formas y palabras. La historia social y política (de Chile y del mundo) aparece reflejada en sus numerosas obras a partir de un denso tejido de citas visuales y juegos ópticos y verbales. Característicos de su lenguaje son el empleo de luces y textos que se proyectan en infinitos ilusorios, en un ejercicio que nos obliga a cuestionar nuestra visión, en el sentido más extenso de la palabra.

Ejecutada con el rigor del diseño industrial, su obra casi siempre esconde una reflexión sobre la naturaleza de las instituciones o los fenómenos históricos contemporáneos, no es extraño entonces que el artista emplee los símbolos materiales de la sociedad capitalista, y lo haga desde sus centros urbanos más reconocidos. Con obra en algunas de las más prestigiosas colecciones y museos del mundo, Iván Navarro es un artista internacional que siempre mantiene a Chile entre su preocupaciones personales y artísticas.


Jorge (Coco) González – Lohse | Capítulo 3

Nostálgico y humorístico, romántico o indignado, amante o solitario, son algunas de las tantas dicotomías que pueblan la historia y la obra de Jorge “Coco” González (Santiago, 1965). Su obra temprana se ofreció como una continuación -o relectura- de la energía new wave de los primeros ochentas. Cabían la mancha expresionista y el guiño pop, a través de citas al lenguaje del cómic y a sus narrativas más desbocadas, todo aquello resuelto en cuadros que parecían pequeñas postales gestuales o en instalaciones coloridas y lúdicas que contrariaban la ascética tradición local. Tras ese aparente hedonismo, su obra se ofrecía como una reflexión -local e intimista- sobre la historia social a través de las imágenes, porque en la producción de González se entremezclan la tristeza de la generación del 13 con el universo de Pepo; los juguetes de goma fabricados en el Chile de los 60 con los resabios de la neovanguardia nacional. Restos que el artista recicla para bien de su obra y su fanaticada. Pintura, gráfica y citas históricas y artísticas guiadas siempre por el ojo curioso y afectivo de un artista que escribe un diario de vida secreto con las claves compartidas de la cultura nacional y universal.


Natalia Babarovic | Capítulo 2

Desde sus primeras exposiciones a comienzos de la década de los 90, Natalia Babarovic (Santiago, 1966) se mostró como una pintora, que podía conjugar la tradición, con la ruptura. En aquellos años, dominados por el lenguaje instalativo y fotográfico, su trabajo aparecía quizás más tradicional por elecciones temáticas como el paisaje o el retrato, pero ya desde el montaje y la división del plano pictórico, proponía una reflexión sensible sobre la historia de la representación y las posibilidades del discurso de la pintura a partir de una tradición tan local, como la Escuela de Arte de la Universidad de Chile. A partir de esos antecedentes, paulatinamente incorporó nuevos elementos a su propuesta, desde el archivo fotográfico de su abuelo, a los pantallazos de películas o videos de épocas y géneros diversos. En su pintura comenzó a colarse la historia de la imagen y sus múltiples tecnologías. El color y la factura de la artista dan cuenta de eso, y a partir de aquellos modelos (y de las múltiples referencias poéticas y literarias que permean naturalmente en su obra) Babarovic ha construido una de las obras más reconocibles de nuestra escena, poblando sus telas o cartones de un imaginario misterioso y elocuente.


Josefina Guilisasti | Capítulo 1

Josefina Guilisasti ha transitado desde la naturaleza muerta a la instalación, de manera fluida y coherente. Con estudios de arte en la Universidad de Chile y de pintura escenográfica en Italia, en sus obras, la preocupación por el montaje y el lugar del espectador, conviven con inquietudes de carácter histórico y social asociadas al patrimonio material. Ya en sus primeras piezas reconocidas, los objetos domésticos eran abordaos con el lenguaje pictórico, en un ejercicio que jugaba con el punto de vista del observador y la ubicación de las obras en la sala. En esas piezas, el academicismo pictórico se fundía de manera natural con la estética de las instalaciones y anticipaba sus preocupaciones de hoy, relacionadas con las artesanías, la historia y el trabajo multidisciplinario.

Artista de vastas preocupaciones e intereses, Guilisasti ha desarrollado instalaciones, videos, pinturas y fotografías incorporando lo saberes y prácticas de las más diversas disciplinas técnicas e intelectuales. Así su obra la ha sacado del trabajo solitario del taller, para conectarla con profesionales y artífices de distintos lugares. Aquella apertura, es reconocible en su producción artística y en la capacidad de abordar -desde distintos puntos de vista- la cultura material y la memoria.