“El espacio público es el lugar más apropiado para la escultura. Es un aporte a la formación de los ciudadanos puesto que crea un debate, estimula el pensamiento crítico, provoca emociones y sentimientos que hacen reflexionar. En muchos casos contribuye a embellecer la ciudad”.
María Angélica Echavarri
La trayectoria de la destaca artista María Angélica Echavarri (Temuco, 1955) ha evolucionado desde la figuración y el color hacia la abstracción de formas en la escultura. Comenzó con estudios en Pedagogía en Arte en la Universidad Católica, pero fue en el estudio de Aurelio Macchi, dónde aprendió lo esencial de la escultura.
Durante los años ha experimentado con distintas técnicas, formatos y materiales (bronce, acero inoxidable, fierro, resina y mimbre), para plasmar sus ideas y emociones siempre impulsadas por la convicción de que el arte nos permite conocer nuestra historia y los momentos más representativos de cada época. Sus obras nos remiten a la gestualidad, a la expresividad y al movimiento, unen lo físico y lo espiritual del ser humano, en búsqueda de una síntesis de la figura humana con su alma.
María Angélica Echavarri es autora de numerosas obras que se encuentran en espacios públicos, como por ejemplo “Emprendimiento” (2015), en Costanera Center, Providencia; “Hombre y espuela” (2010) Alameda de Linares; “Bosque Nativo” (2012), Parque Bicentenario de Vitacura o “Leer, saber, pensar” (2015), Plaza Lo Barnechea.
“Mi deseo es que las personas al ver mis esculturas simplemente las disfruten, que opinen, que sirvan para una conversación. Que sientan. Cuando instalo una obra en el espacio público me desprendo de ella naturalmente, sin esfuerzo. Mi pasión y mi inquietud es crear cosas nuevas; cosas que desafíen mi capacidad creativa y me den la oportunidad de estar presente en la vida a través de las esculturas que hago”.
La obra “Ofrenda” está instalada desde el 2012 en el Parque Araucano, frente al acceso de Rosario Norte, y es el resultado de un encargo especial de la Municipalidad de Las Condes para homenajear al pueblo Araucano, un símbolo para la protección permanente del Parque. Su nombre e inspiración, tiene el origen en la relación de pueblo Araucano con Dios, caracterizada por ofrecer para recibir y agradecer.
- TítuloOfrenda
- Fecha2012
- UbicaciónParque Araucano, Las Condes
- MaterialAcero inoxidable
- Formatocada volumen 3 m de alto | 1,30 m de ancho | 1,20 m de fondo
La obra está formada por cuatro volúmenes de 3 metros de alto en acero inoxidable que se elevan hacia el cielo, conectándose con lo Divino, y redondos en la parte superior. La base circular está formada por una fuente de agua, revestida en granito negro y compuesta por 17 surtidores que forman una cruz y que hace referencia a los cuatro puntos que tiene el kultrún.
La artista ha plasmado los principales símbolos de la cultura araucana en esta obra: el agua, el número cuatro y el círculo. En la cosmovisión de este pueblo el número cuatro tienen una importancia clave, ya que son cuatro las estaciones del año, cuatro los puntos cardinales, cuatro las fases de la luna, y los distintos aspectos que influyen en su vida diaria. El círculo representa la vida misma, en donde nada termina si no que todo se transforma. El agua es el origen, el principio y el alma de lo que nos rodea.
La obra nos llama a detenernos, mirar, escuchar y a buscar una conexión con los elementos de la naturaleza y nuestra espiritualidad, individual y colectiva a la vez.