“Las creaciones artísticas en espacios públicos -sea de la disciplina que sea- es un acto democrático, ampliando un lenguaje no cotidiano, incluso reflexivo, que entrega un mensaje que no es publicidad como ocurre la mayor parte del tiempo en la ciudad. Quisiera generar cuestionamientos y entregar sentido de pertenencia de lo urbano al transeúnte”.
Hernán Puelma
Desde lo lejos, en sectores de Vitacura y Providencia, es reconocible una monumental escultura construida en fierro y fibra de vidrio, y formada por medio arco que eleva a 5 figuras humanas en bicicleta, cada una de ellas alzando un catalejo tal cual como si estuvieran intentando encontrar algo en el cielo que cae sobre ellas. Se trata de La Búsqueda, del reconocido artista chileno Hernán Puelma, que forma parte de la colección permanente de piezas escultóricas del Parque Bicentenario en Vitacura, ubicada en el lado poniente de este y frente al edificio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Con más de 20 metros de altura y cerca de 20 toneladas de peso, la obra se ha convertido en uno de los hitos artísticos de Santiago, y que encarna perfectamente las formas y temáticas que el escultor ha trabajado a lo largo de su carrera, influenciada por sus primeros estudios en mecánica industrial y fundición, los que le han permitido experimentar con distintos materiales como la fibra de vidrio, madera o recubiertas con cobre, que presentan más resistencia en espacios exteriores. Posterior a sus incursiones en el cine documental y la poesía, el artista se volcó en la década de los 70 en creaciones que representaban figuras humanas y parejas, generalmente sugiriendo la idea de movimiento y agilidad, probablemente pronosticando sus próximos viajes y experiencias.
- TítuloLa búsqueda
- Fecha2011
- UbicaciónParque Bicentenario, Vitacura. Santiago, Chile
- MaterialFierro y fibra de vidrio
Y es que La Búsqueda continúa con esa idea de la pesquisa en el espacio exterior, en algún otro lugar donde el infinito pueda dar respuesta y contención a las inquietudes que están removiendo e impulsando permanentemente al ser humano, nociones que Puelma desarrolla a través de personajes caricaturescos, usualmente a escala real, y que se disponen en balancines, escaleras o bicicletas como en el caso de este trabajo.
Para él la relevancia del arte en la ciudad y espacios de libre acceso generan un punto de inflexión donde particularmente la escultura rompe con la escala humana e instiga al espectador a adoptar cierta mirada, buscando en esa transformación de la dimensionalidad un lenguaje dinámico a través de sus personajes que están en acciones que implican movimiento y la fascinación por querer traspasar los límites del cuerpo, el espacio y el conocimiento que se nos ha dado.
Hernán Puelma siempre se ha sentido inclinado por la figura del sujeto, las personas. Y es desde esa inclinación que se interesó por la antropología, derivando así, por ejemplo, en el cine documental, para luego continuar con la escultura, cambiando tanto materiales como técnicas a través de su trabajo. En Chile estudió la fundición de metales con Teresa Vicuña y Gaspar Galaz. Luego de ganar una Beca del BHC de la Corporación de Amigos del Arte, realizó estudios de técnicas industriales aplicadas a la escultura en Estados Unidos. Además, ha realizado una importante labor institucional, por ejemplo, fue fundador y director del Museo Arqueológico de Santiago entre 1981 y 2001, mismo período en el que fue director del Centro Cultural Plaza Mulato Gil de Castro, y durante sus primeros 6 años de formación fue director del actual Museo de Artes Visuales.