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Entrevista a María Elena Cárdenas

02 de junio de 2021

María Elena Cárdenas (Tomé, Chile, 1968) estudió Arte en la Escuela de Artes Visuales de la Universidad de Chile. En su obra pone especial atención en los objetos y espacios cotidianos y los retrata de una manera muy realista, trabajando a través de la pintura, pero no de forma tradicional. Ha realizado exposiciones tanto individuales como colectivas en múltiples lugares de Chile.

¿Cómo definirías tu trayectoria artística hasta este momento?

Una trayectoria con mucho desafío e incertidumbre. Un trabajo constante por persistir trabajando y luchando con las inseguridades y las incertezas propias de esta labor tan introspectiva.

¿En qué momento te diste cuenta de que ya no eras un “artista emergente”?

Creo que esas definiciones tienen que ver con una lógica de mercado que me cuesta asumir y que no me interesa. Si ser emergente tiene que ver con presentar una búsqueda en la consolidación de la obra que me posicione en el circuito, creo que mi trabajo ya presenta cierta identidad, y eso explica, por ejemplo,  que me incluyan en libros sobre pintura chilena como Revisión Técnica.

¿Cómo definirías la “mediana carrera”?

Me cuesta definirlo pues lo relaciono a una jerarquización funcionaria, asumo que se refiere a llevar un trabajo sostenido durante una cantidad considerable de años y un compromiso con seguir en esta elección de ser artista, teniendo una obra de una poética reconocible y atribuible a mi autoría. Sin embargo, creo que estas categorizaciones en relación a la trayectoria de un(a) artista no responden a los verdaderos intereses, pues estos son parte de una búsqueda que no admite etapas superadas

¿Cuál es tu mayor desafío en esta etapa de tu carrera?

Persistir en el arte pese a todas las dificultades que impone la cotidianeidad y encontrar siempre la manera de resistir frente a los propios clichés.

¿Qué significa para ti ser parte de una generación que está atravesando la mediana carrera en este momento histórico? (no sólo hoy en día en el contexto de la pandemia, sino un paso desde el siglo XX al XXI, el avance tecnológico, los cambios y movimientos sociales, etc.)

Mi generación ha vivido el paso de una época análoga a una digital, lo que significa un cambio de paradigma que es difícil de conmensurar, pero como además de artista soy profesora, tengo la convicción de que lo fundamental es desarrollar en las nuevas generaciones el pensamiento crítico y la sensibilidad. Es difícil no sentirme a ratos superada e incluso extemporánea en relación a los avances tecnológicos y a la superabundancia de imágenes que caracterizan nuestra época. Por lo mismo siento la necesidad de mirar hacia dentro, buscar un silencio interior y la reflexión que contrasta con la cultura rápida y desechable promovida por internet y especialmente por las redes sociales. Es la reflexión crítica y el desarrollo de lo sensible lo que permite distinguirse en esta cultura global, donde predominan los lugares comunes. Creo que mi opción por la pintura tiene que ver con una especie de respuesta a la producción y circulación de imágenes mediada por lo digital, que siento ha producido una descorporización de la experiencia humana. La pintura en la época contemporánea plantea un cuestionamiento a la imagen quizás mayor que el que plantea la imagen digital, más rápidamente digerible, y si bien la mía es una opción que supone un cierto anacronismo, creo que por lo mismo es mucho más desafiante tratar de responderse con obra a la pregunta; ¿qué es la pintura hoy?

¿Cuáles son tus expectativas y aspiraciones profesionales para el futuro?

Como dije antes, persistir ojala hasta la vejez (algo particular y positivo de esta profesión es que nunca se jubila), ser consecuente y consiente en la producción de mi trabajo.

¿Cómo describirías la relación actual entre el público espectador y tus obras?

Me imagino que diversa, pues yo me he enterado solo de lo positivo (y no creo que eso sea posible) y lo positivo es que mi obra, al parecer, logra transmitir un cierto ánimo, una atmósfera que tiene variadas connotaciones.

¿Qué importancia crees que tiene el arte para un país?

El arte es fundamental para el ser humano y por lo tanto para un país, es el espacio simbólico que nos permite reconocernos y a la vez cuestionarnos, apela al pensamiento reflexivo y crítico, pero desde lo sensible. En definitiva, humaniza en medio de una época plagada de objetos, imágenes e incluso ideas que responden a la lógica de la “obsolescencia programada”.