“Las obras de gran escala, que aportan su poesía a los espacios urbanos y a las vivencias de sus habitantes, tienen una importancia y una trascendencia superlativa. El espacio público, patrimonio de sus habitantes y usuarios, tiene la responsabilidad cultural que involucra la identificación de las personas que lo habitan con algo más que un uso práctico. Los aspectos subjetivos y evocativos de ese espacio tienen una influencia y una carga emocional de importancia para el desarrollo de una sociedad compuesta por seres humanos más plenos y espirituales”.
Gaad Baytelman
Para Baytelman, el arte plástico tradicional interviene los espacios sólo en dos o tres dimensiones según la técnica utilizada, mientras que la escultura cinética agrega una cuarta dimensión: el tiempo. De esta forma, la obra adquiere otros elementos que acompañan su esencia poética, es decir el movimiento, el ritmo, la relación y reacción con el aire, la gravedad y la luz del entorno, características que se asocian más a otros ámbitos artísticos como la música, el teatro, la danza, el cine-video, etc.
Es así como, junto a su experiencia en presentar soluciones estéticas, físicas y mecánicas; ha llegado a experimentar con la escultura cinética.
“Introducir movimiento o desarrollo en el tiempo involucra una responsabilidad creativa que debe evitar una repetición mecánica o una rutina monótona. En mi trabajo, desarrollo sistemas que adquieren su actuar y su coreografía en su relación con las dinámicas aleatorias del ambiente. El mismo ambiente que habita el observador”.
A diferencia de otros escultores cinéticos, este artista se caracteriza por trabajar con el movimiento real y no simulado, sin necesidades de motores. El movimiento se produce por el solo equilibrio de sus componentes, desafiando a la gravedad en una constante tensión entre levedad y peso. Las obras de Gaad Baytelman son así verdaderas experiencias para las personas, que, frente a una de sus obras – sea de gran formato en un espacio al aire libre o en pequeña escala dentro de una sala- son atrapados por sus movimientos hipnóticos, juegos de luces, reflejos y equilibrios.
Un ejemplo de esto es la obra de gran formato “Mecánica de Plumas y Viento” instalada en el Parque Cultural de Valparaíso desde 2017. Está compuesta por dos estructuras mecánicas gemelas de acero inoxidable, de casi 2 toneladas de peso, y con una altura de 10 metros. En su parte superior presentan formas que nos recuerdan a las siluetas de ballenas, aves o enormes insectos que se mueven con el aire; cada elemento tiene dos ejes horizontales en su cuerpo y un eje vertical en el pilar que permite las oscilaciones.
Entre máquina y ser vivo, la pieza sorprende a los visitantes, pues a pesar de su inmenso peso y tamaño, ambos componentes se mecen e interactúan suave y orgánicamente con las brisas y el viento del lugar.
- TítuloMecánica de Plumas y Viento
- Fecha2017
- UbicaciónParque Cultural de Valparaíso (Ex Carcel)
- Dimensión de cada elementoaltura 7 m, largo 8 m, ancho 2,5 m.
- Dimensión del conjuntoAltura oscilatoria entre 7 y 10 m. En planta ocupa en sus movimientos giratorios 16 x 8 m, basado en dos pilares separados 8 m.
- MaterialCada elemento está construido en acero inoxidable y sus ejes descansan en rodamientos. Los pilares y las bases son de acero al carbono, con un tratamiento de galvanizado en caliente
- TécnicaCorte, moldeado y soldado arco-Mig de planchas y tubos industriales de acero inoxidable, haciendo un guiño a la producción industrial seriada.