Magdalena Atria (Santiago, 1967) trabaja generando un diálogo entre lo incorpóreo y lo cotidiano, principalmente a través de lo abstracto, e inclinándose la mayoría del tiempo hacia lo geométrico. Ha realizado exposiciones en Chile y también a nivel internacional, en España, Estados Unidos, Corea del Sur, Brasil, Francia, entre otros. Se vale de distintas técnicas y materiales que suelen ser poco usuales, como la plasticina y la cera. La experimentación constante es su sello.
¿En qué momento te diste cuenta de que ya no eras un “artista emergente”?
Esas categorías, «emergente» o «consagrado» no significan mucho para un artista. Son fabricaciones de un sistema que necesita etiquetar, clasificar, comparar, evaluar… todas estas son preocupaciones que están muy lejos de la forma como pensamos y sentimos los artistas. La única distinción que hago en mi trayectoria es entre trabajos «de estudiante» y todo lo que he hecho después, que considero trabajos más maduros, conscientes, decantados. Esos trabajos «de estudiante» son los que evidencian la mano de muchos maestros y maestras (no necesariamente en el sentido literal de profesores de los que fui alumna) más que la propia. Incluso trabajos que hice cuando ya no era estudiante ahora los veo como tales.
¿Cómo definirías la “mediana carrera”?
Es una definición que tiene más que ver con la edad que uno tiene que con el desarrollo artístico o con algo que sea relevante desde el punto de vista del arte. ¿Podría haber un artista «emergente» de cincuenta años? ¿Podría haber uno de «mediana carrera» de treinta años»? Picasso tuvo su primera exposición a los 13 años. Entonces a los 33 ya tenía veinte años de trayectoria: ¿era un artista de mediana carrera? De Kooning tuvo su primera individual a los 44 años: ¿era un «artista emergente»?
¿Cuál es tu mayor desafío en esta etapa de tu carrera?
El mismo de siempre: desarrollar una obra personal, consistente, desafiante, propositiva, relevante.
¿Qué significa para ti ser parte de una generación que está atravesando la mediana carrera en este momento histórico? (no sólo por el contexto de pandemia, sino un paso desde el siglo XX al XXI, el avance tecnológico, los cambios y movimientos sociales, etc)
Todos los momentos históricos tienen sus particularidades y su complejidad. Salvo la pandemia, todo lo demás son situaciones que están siempre ocurriendo y que para cada generación resultan desafiantes en el momento en que las están atravesando (sin la mirada retrospectiva que hoy tenemos respecto de todos los momentos anteriores a este). Creo que a raíz del estallido social, y más ahora con la pandemia, es necesario replantear muchas cosas en el mundo del arte, por ejemplo: ¿Es ético realizar proyectos de arte con presupuestos millonarios en un país en que el sueldo mínimo son $326.500? ¿Por qué seguimos imitando -aspiracionalmente- modelos primermundistas de circulación y mercado del arte cuando nuestra realidad es muy distinta? ¿Por qué seguimos perpetuando nuestra dependencia cultural con respecto a los centro hegemónicos, disfrazada detrás de una supuesta «globalización» que no es simétrica?
¿Cómo describirías la relación actual entre el público espectador y tus obras?
Actualmente, en la pandemia, esa relación no existe, se ha visto totalmente cortada. No creo en la circulación virtual del arte, salvo el que ha sido creado para ser visto en pantallas, y el mío no lo es. Fuera de la contingencia, he tenido experiencias muy gratificantes con el público, desde personas sin ninguna formación artística hasta otras muy informadas, que se han sentido conmovidas por mi trabajo. Eso ya es enorme.
¿Qué importancia crees que tiene el arte para un país?
Por un lado está el arte que hacen los y las artistas, que nos refleja y nos interpela como sociedad, y eso es fundamental. El arte nos permite tomar conciencia de que la existencia es más que el trabajo y la productividad económica, nos permite encontrarnos colectivamente en un espacio de libertad no regido por la lógica funcional y racionalista. Por otra parte, es imprescindible permitirles a todas las personas tener una existencia más plena desarrollando su sensibilidad, lo que debería buscarse a través de la educación en todos sus niveles.
Si quieres conocer más sobre el trabajo de Magdalena Atria te invitamos a ver el capítulo de La Edad Media (en el Arte) dedicado a su obra y trayectoria: