Bruna Truffa (Arica, 1963) estudió Arte en la Universidad de Chile y en el Instituto de Arte Contemporáneo en Santiago. Desde los años 80 su trabajo se ha adscrito a la corriente del Arte Pop, con obras de carácter llamativo y con tintes irónicos, a través de diversas técnicas. Lo onírico, lo femenino y el mestizaje son temáticas presentes en sus creaciones. Ha llevado a cabo un gran número de exposiciones individuales y colectivas en Chile y otros países, como Alemania, Francia, España, Argentina y Portugal.
¿Cómo definirías tu trayectoria artística hasta este momento?
Como una etapa llena de desafíos, donde me siento con una gran fuerza creativa, llena de ideas y ganas de hacer, presiento una madurez en mi trabajo, lo que me aporta certezas para seguir adelante.
¿En qué momento te diste cuenta de que ya no eras una “artista emergente”?
Hace bastante tiempo la verdad; cuando los proyectos empezaron a construirse desde cierta claridad y solides, lo que me permitió llegar a desarrollar un trabajo, con un cuerpo de obra más complejo
¿Cómo definirías la “mediana carrera”?
Como un momento de madurez en la obra y con un gran camino por delante para seguir desarrollando y profundizando el proceso creativo.
¿Cuál es tu mayor desafío en esta etapa de tu carrera?
Hacer que mi trabajo se expanda, se instale sin fronteras, que mi lenguaje desde mi condición de mujer artista latinoamericana se globalice más aún.
¿Qué significa para ti ser parte de una generación que está atravesando la mediana carrera en este momento histórico?
(no sólo hoy en día en el contexto de la pandemia, sino un paso desde el siglo XX al XXI, el avance tecnológico, los cambios
y movimientos sociales, etc)
Siento un privilegio de pertenecer a este momento histórico con un trabajo sólido y coherente, ya que me da certezas de poder armar discursos que interpelen estos tiempos de inflexión, de grandes cambios sociales, culturales, en todo ámbito, partiendo por lo importante que es mi discurso desde mi condición de género, que ha sido el gran tema a lo largo de mi trabajo. Además, el entender el gran avance tecnológico a nivel de incorporar la virtualidad en el modo de trabajo y teniendo en cuenta la expansión y globalización al que este momento nos enfrenta.
¿Cuáles son tus expectativas y aspiraciones profesionales para el futuro?
Retomar, reutilizar y crear redes para instalar mi obra en un escenario más global, siento que hoy ese es mi desafío.
¿Cómo describirías la relación actual entre el público espectador de tus obras?
Cercana.
Creo que mi trabajo logra tener una amplia llegada, a pesar de que en sí es una obra compleja con muchas capas de lecturas, ya que está construida a partir de cruces tanto visuales, como conexiones y guiños socioculturales que la conforman y la contienen; esta estructura en cierta forma difícil, crea un resultado que invita acercarse sin temor ni prejuicios a un público masivo, que encontrará un eco en mi obra, que los invita, envuelve y los involucran de alguna manera con su propia experiencia; este fenómeno ha sido siempre algo que me ocupa en mi proceso de creación.
No quiero hacer arte solo para una elite cultural, sino también me interesa expandir, abrir mi trabajo hacia un espectro más amplio; una manera de invitar a más gente a acercarse a tener una experiencia tanto intelectual como estética; veo eso como un desafío.
¿Qué importancia crees que tiene el arte para un país?
Es de vital importancia, porque “Arte es Cultura”, Cultura es educación, es el gran reto de nuestro país, educar, educar y educar, para ojalá en un futuro próximo, seamos una sociedad construida sobre derechos más homogéneos e igualitarios para todos.