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Cristián Velasco: un artista de procesos

27 de mayo de 2024

Cristian Velasco (Santiago, 1971) es de palabra fácil y ritmo pausado En términos sencillos, pero profundos, describe sus procesos y creaciones, apelando a la filosofía, la historia del arte y su propia vida. Porque no solamente es un hombre de obras, que las tiene en abundancia, sobre todo es hombre de procesos. Entiende su producción artística en relación a su experiencia. Cultiva una suerte de conceptualismo existencial, en el que caben las ideas y la poesía. La pintura y la performance, como formas de ampliar el lenguaje y combatir el tedio. Velasco no le teme a las pausas, aunque a veces resienta sus consecuencias anímicas. Pero ahí -en la soledad y el silencio- piensa, imagina, no solamente la pieza que va a realizar, sino el sentido y la manera en la que se vincula a su existencia.

Alguna vez deambuló por Santiago con una torre de colchones, ante la sorpresa o la indiferencia de los espectadores. Con la misma naturalidad que los recogió y apiló, empleó sus rellenos y reutilizó sus telas. Porque Velasco recicla materiales y experiencias, frases hechas, retazos de tela, íconos artísticos en un permanente fluir.

Parte de este verano la pasaste en una residencia en México…

Bueno, yo llevo años trabajando en México, con Yam Gallery. Llevo 12 años con ellos y he estado yendo con la intención de fortalecer el vínculo con la galería y poder meterme un poco más en el mercado y el circuito mexicano, que es bastante más grande que el chileno por la cercanía a Estados Unidos, etcétera. La verdad que es un mercado totalmente internacional. Y este último año fui y participé de una residencia en un lugar que se llama La Ceiba Gráfica, que queda en Veracruz, en una antigua hacienda cafetera de comienzos de 1900. Ya lleva como 20 años dedicada 100% a la gráfica, al grabado, litografía, xilografía, metal, etcétera. La verdad que yo nunca había hecho grabado y me aventuré, a aprender una técnica nueva. Yo siempre estoy abierto a aprender cosas nuevas. Mi lenguaje, como es bastante multidisciplinar, la verdad que me permite, creo yo, seguir aprendiendo. Fue una experiencia muy buena, muy enriquecedora, y pretendo seguir haciendo grabados en la medida de lo posible.

Eso fue en febrero y en marzo te adjudicaste un Fondart, ¿se relaciona con este proyecto de México?

El Fondart que me adjudiqué este año es de creación y va a tener como resultado una instalación en el Parque Cultural de Valparaíso a finales de este año o comienzos del 2025, es la continuación del proyecto que estuve haciendo en México a finales del 2022 donde, bueno… es una acción de arte en el espacio público, una acción relacional a partir del diálogo y el intercambio a través de panes impresos con un texto. Esa obra que se llama “Nexo, pan para el cuerpo y poesía para el alma”, empecé desarrollándola en Valparaíso, en Plaza Victoria y con ese registro levanté los fondos -también con un Fondart del 2022- para ir a México y hacer esta acción allá. Allá se hizo en conjunto con tres museos y la verdad que tuve una estupenda recepción y bueno, ahora este Fondart que me adjudiqué, es para dar cuenta de toda esa investigación y su resultado en una obra que expande las dimensiones antropológicas, visuales, objetuales y performáticas que sucedieron en las cuatro experiencias en que se hizo esta performance en la calle.

México y recientemente Buenos Aires, estás muy movido…

La exposición reciente en Buenos Aires formó parte de la Feria MAPA, junto a una galería con la que estoy comenzando a trabajar que se llama Gallery Labs, que es de Argentina. Y nada, fue muy interesante, como estuve empezando a abrir mercado en Buenos Aires, fui con obra nueva, una obra objetual principalmente, que está muy entretenida, muy lúdica. Es una suerte de neo surrealismo, donde las dialécticas son fundamentales a partir de todo el imaginario cotidiano, las relaciones dentro del grupo familiar. Siento que este año, ya después de esta última vuelta a México, estoy con las ideas muy frescas, con ganas de hacer muchas cosas, y darle rienda suelta a toda mi capacidad creativa y de factura. Abriéndome a nuevos lenguajes, o quizá reforzando aquellos que he trabajado antes, pero que por algún motivo han ido quedando un poquito desplazados. Ahora tengo toda la intención de volcarme a ellos.

Algo de tu envío Bonaerense lo pude ver por Instagram, unos platos de loza de los que cuelgan coletas de pelo…

La serie que presenté en Buenos Aires se llama Problemas Domésticos. Uno de esos objetos fue hecho hace 12 años y esta era una re-edición. Cuando la hice la primera vez se mostró en Chile, en la Galería Yono. Y bueno, la verdad que no tuvo más resonancia y quedó ahí, guardada.  A mi galerista de Buenos Aires le gustó mucho, la vio en mi libro, entonces la re-editamos. Y dialogaba muy bien con una serie muy reciente que funciona también con el plato. Bueno, la primera que te menciono hace 12 años consiste en un plato puesto sobre un atril, sobre una bandeja y debajo de eso una pera de box. Entonces se genera una tensión muy fuerte, muy evidente y bueno, una pieza muy conceptual, digamos. En la medida que le pegas a la pera de box se rompe el plato y todo se va por las nubes. Esa pieza se titula “La Fragilidad del Hogar”. Y la otra más reciente es la serie, “Problemas Domésticos”, son platos con un moño de pelo. Y es interesante porque son dos elementos muy reconocibles por todos y, a primera vista, genera un rechazo. Como que el pelo en la comida es algo que inevitablemente genera repulsión en cualquier parte del mundo y me pareció entretenido ver qué pasaba con esos dos elementos forzándolos a una condición estética. Entonces esta obra transita entre distintos niveles de contenido y subjetividad. Desde la abstracción de la imagen cotidiana hasta las múltiples posibilidades de reinterpretación. Hay un contenido simbólico que está muy latente y que permite muchas lecturas. Hubo gente que veía a su mamá respecto al plato, el pelo largo, la cocina, la casa. Entonces bueno… creo que la obra principalmente abre lecturas, hace preguntas, más allá de quedarse en un concepto tan acabado.

Algo que suele ocurrir en tu obra, la manipulación de objetos cuyo sentido cambia a partir de una intervención material. Pero también has trabajado con el dibujo, la pintura y el bordado… En México, me decías, hiciste grabados…

Hice punta seca, una técnica sobre metal. Llegué con una primera imagen, muy en la cabeza, que es de una paloma, muy simbólico porque mi madre murió hace seis meses y justo al mes que ella murió yo estaba acá en mi taller trabajando y se apareció por la ventana una paloma blanca. La verdad que parece un poco…

¿Mágico?

Bastante mágico y así fue, pero fue real. Entonces esa paloma alcancé a tomarle una foto para que mis hermanos me creyeran en plan “mira lo que me pasó”. Y creo que desde ese momento, se me abrió un canal o una conexión muy espiritual -conmigo- y con mi madre, por supuesto. Entonces dibujé la paloma en este grabado y bueno, ahí la imprimí y como que nada, sentí que desde ese momento me estoy abriendo a una cosa muy profunda, muy potente. Me siento como liberado de una serie de trancas, cosas formales que uno de repente tiene aprensiones en el ejercicio del arte. Me da la impresión de que estoy como recién empezando a hacer arte, francamente, como recién empezando a jugar con todos los elementos y toda la información que tengo. Y bueno, luego hice otros dos grabados que tienen que ver con los sentidos y con la estesis, con toda la manera que tenemos de sensibilizarnos frente a las cosas, como nuestros sentidos se sensibilizan frente a las cosas. Y como te decía recién, siento que me estoy dando el permiso de abrirme realmente a conectarme con mis emociones y con mi lenguaje propio.

Y en este proceso que estás enfrentado, una pregunta esencial y ambiciosas, ¿qué es para ti el arte?

Para mí el arte tiene que ver con una manera de ser y estar en el mundo. Como una forma de traducción entre lo que nos pasa a nivel de pensamientos, emociones y relaciones con la alteridad. Es una forma de constituirnos como seres políticos, por cuanto establece nuestra posición en el desencadenamiento de los sucesos individuales y colectivos. Creo que el arte es una manera de acercarnos a la cotidianeidad y desde ahí, lo entiendo como la materialización de nuestras reflexiones filosóficas en torno a la vida misma… Es también, una forma de traducción y materialización sensible de las ideas, las reflexiones y los procesos personales que podrían tener un eco en el contexto global.

Para mi hacer arte es una forma de engranaje en el tejido social, expresando a través de las ideas y los lenguajes, aquello que me incomoda y me cuestiona.  Pienso que el arte es el mapa constante de las preguntas filosóficas. Un ejercicio inagotable entre forma y fondo… tanto a nivel concreto (de los objetos que se producen), como a nivel abstracto, entre el sentir, percibir y pensar…  y desde ahí, me hace mucho sentido plantear mi práctica el día de hoy, como un juego entre lo absurdo y lo posible, lo nuevo y lo reconocible, entre lo profundo y lo sencillo… porque así veo que está el mundo hoy… como una barbarie con anclajes difusos y cambiantes.