“Las obras de arte en los espacios públicos o en las edificaciones despiertan las percepciones dormidas del que las observa, sacándolo de su rutina y estimulando su imaginación a otras lecturas de la realidad, del tiempo y del espacio”
Carlos Cruz – Diez
Fusionar el arte y la arquitectura para darle vida y valor a los espacios públicos, con el fin de que los ciudadanos encuentren en ellos un sentido de pertenencia, es el objetivo de la obra del destacado artista Carlos Cruz-Diez (1923-2019), quien tuvo siempre el corazón dividido entre su natal Venezuela y la magia de París, donde vivió gran parte de su vida.
Su legado permanecerá como parte del patrimonio cultural de numerosas ciudades en distintos países del mundo, un arte que forma parte de lo cotidiano y que entrega vida a las junglas de concreto, sacándolas del cemento y del gris que las conforman. La estética multicolor en las calles y rincones de sitios poblados por la monotonía es parte de su regalo para el mundo.
El color es parte esencial de sus creaciones, es una forma de comunicar y un mensaje en sí mismo. Trabajaba con la saturación y los efectos ópticos, dando vida así a distintas categorías de obras según los efectos de la percepción cromática (Couleur Additive, Physichromie, Induction Chromatique, Induction Chromatique, Chromointerférence, Transchromie, Chromosaturation, Chromoscope). Es una experiencia que va más allá de la pintura y su proceso de creación. Según el mismo artista, su trabajo va siempre acorde a su tiempo y a su espacio.
Su inspiración provenía desde distintos movimientos y tendencias, como el cubismo, el impresionismo, el suprematismo de Malevich, entre otros. El arte cinético y óptico también forman parte de sus mayores influencias, de las cuales es un gran exponente.
Fotos © Atelier Cruz-Diez Paris
Dentro de sus obras más reconocidas integradas a la arquitectura se encuentran la «Ambientación de Color Aditivo» para el Aeropuerto Simón Bolívar (1974), la «Ambientación Cromática» en el Complejo Hidroeléctrico de Guri (1977) y la «Friscomanía Doble Faz» realizada en 1991 en el Parque Ferial Juan Carlos I, en Madrid.
Por otro lado, entre las más recientes están «Transchromie Washington» (2014), en el Covington & Burling LLP Hall Building y «Physichromie Berrini One» (2014) en el edificio Berrini One en Sao Paulo, Brasil. Es una estructura de 60 metros de largo por 3 de ancho, con una puesta en escena donde interactúan luces con colores que van cambiando, dando forma a distintas gamas cromáticas.
También, destaca «Cromoestructura» en el edificio Kenex Plaza en Ciudad de Panamá, Panamá (2015), obra que interviene la fachada e interiores de la infraestructura, llenando de color tres de los pisos y con dimensiones de 36 metros de largo por 9 de altura en el lado este y en el lado norte, 42 metros de largo por 9 metros de altura.
«La noción ‘arte’ es invento del hombre y el más bello y eficaz mecanismo de comunicación que el ser humano haya podido imaginar. Ver y disfrutar el arte, es redimir lo ingrato y avieso de nuestra cotidianidad. Es abrir una puerta en busca del verdadero conocimiento y de la inmaterialidad trascendente».
Carlos Cruz-Diez sin duda supo acercar el arte a las personas llevándolo hacia donde transitan día a día, para enviarles un mensaje, uno que dice que se puede encontrar en medio del caos citadino un espacio único y con un tremendo valor, que haga que los habitantes de aquel lugar se enamoren y reencuentren con las urbes. Un edificio puede convertirse en una experiencia cinética, demostrando la importancia y poder que puede alcanzar el color.
Los invitamos a conocer más sobre su obra en www.cruz-diez.com